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miércoles, 3 de agosto de 2011

BAUTISMO EN LAS BRUMAS DEL IGUAZU...


Por: Milagros Sánchez Pinzón. Semanario Culturama

El mercurio registra nueve grados centígrados. Un viento frío azota mi rostro en las primeras horas del martes 2 de agosto de 2011. Es el cuarto día en Foz de Iguazú y en el cielo las nubes continúan amenazando con descargarse...pero no puedo esperar más.

Desde hace tres años, cuando comencé a asistir a los profesores de Historia de la UNACHI, comparto con mis estudiantes la excelente producción cinematográfica La Misión,  protagonizada por Robert De Niro y Jeremy Irons, que tiene por trasfondo natural a las espectaculares cataratas de Iguazú.  Siempre les comentaba que uno de mis sueños era alcanzar un día ese paradisiaco lugar y ahora estoy aquí, a unos pocos minutos de concretarlo.

Me preguntaban vía email,  desde Chiriquí, si no se podían ver  lo saltos  con la lluvia. ¡Y claro que se puede!  si los visitantes son tradicionales, pero yo me he registrado en una travesía para embarcarme en una lancha bimotor que navegará seis kilómetros por el río Iguazú inferior  (con dos kilómetros de rápidos) para recibir una especie de “bautismo” entre las brumas de las majestuosas cascadas.

Así que abordo  un llamativo autobús del Parque Nacional Iguazú (creado en 1939) y pronto estoy recorriendo en un trencito eléctrico unos tres kilómetros de la Mata Atlántica (así le llaman a ese extenso bosque semitropical),  con un guía políglota, Jovaldo, quien narra a media docena de excursionistas, interesantes datos sobre la fauna y flora de esa selva.

Descendemos del tren y caminamos  una senda de 600 metros que nos lleva hasta el Salto del Macuco, sitio perfecto para una mojadita refrescante si las temperaturas fueran más elevadas.   El acceso se realiza a través de escaleras empotradas en rocas milenarias, algunas de las cuales tienen incrustaciones de cuarzo, corindón y otros brillantes minerales. 

En la margen brasileña del río Iguazú, cuyas aguas turbias pudieran asustar a cualquier explorador, nos esperan  los botes inflables especialmente fabricados para este tipo de aventuras. 

Antes de embarcar, todos recibimos chalecos salvavidas y la recomendación de que nos mudemos de ropa,  nos acercaremos tanto a las cataratas que retornaremos empapados.   Ha llovido en los últimos días y eso aumenta el caudal de la corriente.

La nave arranca a una alta velocidad, lo suficiente para que podamos apreciar la exuberancia circundante.   Nos remontamos río arriba, atravesamos un cañón y el trayecto de rápidos para detenernos en la  gran herradura, conocida como la “Garganta del Diablo” (es el salto más alto del conjunto con una altura de 80 metros).

Gritos, expectación y admiración inunda a todos los que, sujetados muy fuertemente, nos sobrecogemos ante tal maravilla de la naturaleza.

Mi inseparable cámara Panasonic se somete a una prueba extrema durante los 30 minutos que dura la experiencia. Mis dedos casi no responden a mis órdenes, están prácticamente congelados y no puedo apretar, como quisiera, el botón para disparar las fotos.  Menos mal que la opción de grabar se activa y puedo capturar esos inigualables momentos ante esas portentosas cabelleras de agua.
Al terminar el Macuco Safari me uno a los miles de turistas que recorren los miradores para  apreciar desde diferentes ángulos los 275 saltos que integran las cataratas de Iguazú (este río alcanza en algunos puntos 1.5 kilómetros de ancho) compartidas por Brasil y Argentina.

No hay  palabras para describir  la magnificencia y belleza tan salvaje…




Gracias a todos los que me han permitido llegar hasta aquí…
Ahora prosigo mi camino; tomaré un autobús que me llevará en 18 horas  a Buenos Aires, tierra del tango y del asado…

* Para quienes deseen ver este video corto que pude tomar en este "bautismo" en el Iguazú:

2 comentarios:

  1. !Maravilloso!La felicitamos por tan rica experiencia.
    Saludos.

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  2. Milagros,
    Hay que bellisimos! Que fantastico que lo has visitado. Buen viaje y esperemos mas noticias del tango.
    Saludos desde Boquete,
    Jeraldine McCormick

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