Fundado el 21 de agosto de 1988 en David, Chiriquí. República de Panamá

viernes, 7 de abril de 2017

Discurso del doctor Price Peterson* en la entrega del Galardón al Liderazgo Educativo "Maestro Ramón Guerra" 2017. Biblioteca de Boquete, jueves 6 de abril. 


EDUCACIÓN EN PANAMA

Buenas noches damas y caballeros.

Para comenzar, me gustaría extender mi agradecimiento al comité  que me ha elegido para recibir este honor – Milagros, Roger Patiño, Luis Carlos Watts y la familia Guerra – Don Roger y Dona Elida Guerra de Nader. El esfuerzo incesante de estas personas por mejorar la educación en Chiriquí, además de un sistema federal, son ejemplos para el resto del país. En una nota personal, la familia Peterson llegó a Chiriquí con una perfecta ignorancia del idioma español. Radio Chiriquí y el profesor Ramón Guerra, junto con el Chavo del Ocho, se convirtieron en nuestros instructores diarios.
Quisiera agradecer también a la Biblioteca de Boquete por permitirnos utilizar sus instalaciones esta noche.

Generalmente los debates sobre educación son divididos y disruptivos. Nadie se pone de acuerdo. Sin embargo, ese no es el caso en Panamá. Hay un notable grado de aceptación ante el hecho de que la educación nacional es terrible. Esta conclusión está respaldada tanto por números como por experiencias. La última evaluación internacional en la que participaron jóvenes de 15 años de 65 países, Panamá quedó de número 63. Me estoy refiriendo a la famosa prueba PISA, evaluación en la que esperamos, Panamá siga participando.

La experiencia de los empleadores panameños es igualmente decepcionante. La gran falta de recurso humano capacitado ha logrado que, por primera vez, APEDE y la Cámara de Comercio, así como otros grupos de empresarios, estén activamente apoyando y trabajando para el mejoramiento de la educación. Estos grupos no están limitados por capital, mercados, ni costos de producción, su mayor obstáculo es la educación nacional.

Nuestra finca, Hacienda La Esmeralda, emplea a más de 100 personas a tiempo completo. Queremos y necesitamos crecer. Necesitamos contratar más y más personal de supervisión que cuente con educación superior. Sin embargo, cuándo entrevisto a egresados de la Universidad de Panamá que no entienden conceptos de porcentajes, cálculo de promedios, conversión de fracciones a decimales, o tienen problemas con conceptos básicos de matemáticas, me doy cuenta que algo anda mal.
Esta noche no entraré en el debate de señalar culpables- maestros flojos, estudiantes cínicos y padres desinteresados. Este debate tiende a ser una discusión común pero estéril que no genera ninguna política de potencial mejoramiento o solución al problema.


Lo que si sabemos es que tenemos dos elefantes que se sienten defensores de la educación en  Panamá, el MEDUCA y los sindicatos. Ambas entidades pretenden defender los intereses del sistema educativo y de los estudiantes. El primero, generalmente defiende al gobierno y el segundo, los intereses financieros del personal docente. Debatir sobre culpables es casi tan productivo como el debate de maestros vs estudiantes vs padres de familia.

Antes de continuar, quiero aclarar una creencia fundamental para mí. No existe el sistema perfecto – ni educando, ni aprendiendo. Por ejemplo, en Corea del Sur, los estudiantes pasan de 10 a 12 horas por día en un salón de clase y obtienen puntuaciones muy altas en la  prueba PISA. En Finlandia, al contrario, los estudiantes pasan de 2 a 3 horas por día en los salones de clase – el resto del día lo pasan aprendiendo en la ciudad, en el bosque o en skiis. Estos últimos obtienen los mismos puntajes excepcionales que sus contrapartes sur coreanas en la prueba PISA.

Lo que quisiera hacer esta noche es que veamos el problema desde otra perspectiva que, si se persigue, podría llevarnos al mejoramiento de la educación. Quisiera hablar hoy del sistema educativo y las organizaciones.
Las naciones tienden a ser formadas de 2 maneras. La primera es por un número de pequeñas pueblos que deciden unir como un estado único – una federación para Roger. Ejemplos: Suiza, cuyos cantones emergieron, Estados Unidos de América o la Unión Soviética. La segunda forma a hacer un nación son aquellas naciones que se unen por su lenguaje o patrimonio común y crecen y crecen hasta convertirse en una nación estatal – una república o sistema antifederal. Por ejemplo: la mayoría de las naciones europeas occidentales. En las primeras naciones, su administración fundamental se origina en unidades más pequeñas, cantones o estados, y luego adquieren una administración federal con poderes limitadas (carreteras, ejércitos) pero nunca educacion. En la Republica, el segundo caso, la  administración del estado, a pesar de continuar creciendo, se mantiene centralizado y a mantener esta cohesión se dificulta.


La educación, siendo siempre un objetivo nacional, es parte del proceso. En aquellas naciones en las que prevalece el federalismo, el mismo se mantiene bajo un control local, con algunas contribuciones de carácter nacional. El sistema antifederal o republicano, controlado centralmente,  se hace más grande, más extenso y menos manejable. Al mismo tiempo se vuelve más costoso debido a la necesidad de mantenimiento y control, y por la burocracia que lo acompaña.

Cuándo dicho sistema antifederal se vuelve incontrolable y se convierte en blanco fácil para grupos de presión como sindicatos, el sistema se torna inmanejable y comienza a desmoronarse. El cambio y la mejora se vuelven imposibles. Las políticas públicas tienden a enfocarse en la administración y en el trato con los grupos de presión – no en la educación.

La respuesta obvia parece ser la movilización hacia el control y responsabilidad local por la educación. Esto puede lograrse de dos formas – administración local/distrital de la educación pública,  y/o la formación de escuelas particulares, de los cuales hay 65 en Chiriqui.  Ambas opciones llevan a resultados similares de control local y ambas dependen de una ciudadanía informada y preparada para participar en el proceso educativo.

Ejemplos de la primera opción, administración local/distrital de la educación pública, son Suiza y  Estados Unidos. En ambos países los fondos provienen parcialmente de impuestos nacionales pero mas de  impuestos de escuelas locales o de propiedad. Los maestros son nombrados y despedidos por el distrito escolar local o el consejo escolar del cantón, con salarios establecidos a nivel local. En los Estados Unidos, los años escolares requeridos son establecidos a nivel nacional. En Suiza, se establecen a nivel local. En algunas localidades se promueve más la educación dirigida hacia la vocación mientras que otras dirigen al estudiante a una educación universitaria. En ambos países, la administración yace en manos de una directiva elegida de forma local (usualmente entes apolíticos).

La segunda opción que mencioné es el desarrollo de escuelas particulares o privadas. En Panamá, este modelo fue promovido por escuelas religiosas sin fines de lucro. Aunque nominalmente controlada desde Roma a través de la orden de educación, este modelo contó con algo de control local. Subsecuentemente, esto llevó al establecimiento de verdaderas escuelas privadas, en donde el control está en manos del dueño con algo de supervisión estatal. En algunas partes de los Estados Unidos, existen escuelas públicas administradas por el distrito escolar local elegido, escuelas privadas administradas por sus dueños o por instituciones religiosas, y, finalmente, existen también escuelas privadas financiadas por el estado (escuelas chárter).

Ambos sistemas, las escuelas públicas administradas de forma local, así como las escuelas privadas administradas de forma local, representan la descentralización de la educación. Ambas responden a controles locales – sea para bien o para mal. Ambas requieren cierto grado de sofisticación educativa en la administración. La pregunta es, producen mejores estudiantes?

Hace algunos años, José Chen Barría, obtuvo data cruda sobre el desempeño de la provincia de Chiriquí en aquella prueba PISA del 2009 en la que Panamá obtuvo el 63 (sexagésimo tercer) lugar de 65 países participantes. José Chen Barría desglosó los resultados de estudiantes provenientes de escuelas nacionalmente administradas y escuelas localmente administradas – es decir, escuelas públicas y particulares – y comparó los resultados. Ambos grupos tienen la misma genética panameña, el mismo clima, y a menudo los mismos profesores, que por lo general trabajan en escuelas privadas en la mañana y en escuelas públicas por la tarde.

Cómo se pueden imaginar, adolescentes de 15 años de escuelas particulares o privadas, calificaron un poco más alto que estudiantes estadounidenses  y Canadienses (18th) y quedaron fácilmente a la par de estudiantes de la mayoría de los países de Europa occidental.  Panamá en general calificó de número 63, superando solamente a Perú y a Azerbaishan. Cómo se puede explicar esta vasta diferencia  sabiendo que son los mismos jóvenes, los mismos profesores o similares, el mismo clima, el mismo currículum y el mismo tamaño de salones/facilidades?

Otra forma de medir la situación. Soy fideicomisario  de la Universidad Zamorano en Honduras. El Zamorano recluta estudiantes panameños y muchos de ellos son becarios. Todos los estudiantes son obligados a tomar un examen de admisión internacional, en español, para conocer sus habilidades y su capacidad de completar una educación universitaria. Los estudiantes de Las Monjas y el San Agustín, así como otros colegios privados obtienen siempre puntuaciones altas en estas pruebas.

Aunque creemos que las calificaciones de secundaria son un mejor indicador para medir el rendimiento potencial del estudiante, las pruebas revelan información importante. El año pasado, se hizo un esfuerzo especial para reclutar a jóvenes indígenas y se le solicitó a los profesores de la Comarca que nominaran a los 15 mejores estudiantes para participar de la iniciativa. Después un curso de 6 semanas de preparación en Matemáticas, los jóvenes tomaron el exámen de admisión. Ninguno de ellos calificó para ingresar al Zamorano. El Zamorano requiere 1000 puntos en la versión en español del exámen SAT.

Hace algunos años, al MEDUCA se le presentó una iniciativa. Sería interesante implementar el control local en la administración educativa de escuelas en un mediadocena de comunidades elegidas. La idea era que el distrito eligiera a una junta directiva de educación que sería la encargada de administrar las escuelas del distrito en mención. El gobierno central asignaría un presupuesto de $1300 por año/por estudiante  y la directiva contrataría y despediría a profesores, usarían el currículum estatal y operarían el sistema educativo.

A mí y a mi buen amigo Rodrigo Marciaq nos pareció que esta era una iniciativa muy interesante. Los dos comenzamos a hablar sobre la idea hasta toparnos contra el gran elefante inamovible – los profesores. No habrá ningún cambio. Punto. Fin de la idea. (Cuántas veces puede en realidad un hombre desviar la mirada y pretender que no ve a un elefante?)

En resumen, en los negocios “ más es mejor” pero en la educación la simplicidad es más inteligente. Unidades más pequeñas dan lugar a una educación que se adapta al lugar en dónde se desarrolla. Sea agricultura en Cerro Punta, negocios en la ciudad de Panamá o pesca en Pedregal. Una administración local y más pequeña permite más experimentación, más profesores involucrados en el planeamiento, y la creación de un currículum que responda a las necesidades de educación particulares de cada estudiante. Una talla para todos NO funciona en la educación, la descentralización SI. Y ahora, mientras la descentralización está de moda, es quizás el momento de probar una administración local y descentralizada de las escuelas en pequeños y más simplificados distritos en Chiriquí. Todo lo que necesitamos es la voluntad de nuestros buenos amigos del MEDUCA.


Gracias por su atención
El doctor Price Peterson, presenta su discurso sobre
la educación en Panamá.  Interrogantes, perspectivas, propuestas..

Entrega del Galardón, por Elida Guerra de Nader y Roger Guerra,
descendientes de Ramón Guerra

Parte del público asistente al acto de entrega en la Biblitoeca de Boquete


Una pareja de inmigrantes ideales; SUSAN Y PRICE PETERSON, comprometidos con la comunidad boqueteña y el país en todas sus facetas: agroproductivas, educativas, socio-culturales.

* Price Peterson es doctor en Neuroquímica. Fue catedrático de la Universidad de Pensilvania e investigador del Instituto Nobel, en Estocolmo, Suecia. Se radicó, desde 1973,  en la comunidad de Palmira, distrito de Boquete, donde se dedicó -junto con su familia- a las actividades agropecuarias, especialmente a la ganadería y al cultivo del café.  Peterson es el nervio motor de la Fundación Biblioteca de Boquete, entidad que ha cambiado la vida socio-cultural del valle del eterno arco iris, porque "un libro puede cambiar una vida, una biblioteca puede cambiar una comunidad.