Stanley Heckadon Moreno es un investigador, un amante de las ciencias, sobre todo de aquellas que estudian la dinámica interacción entre el hombre y la naturaleza.
Su afán durante casi medio siglo ha sido el desentrañar y dar a conocer los misterios, los cambios y las expectativas en torno a ese ambiente que nos rodea y del cual dependemos inexorablemente.
Pero más que un científico, Stanley Heckadon Moreno es un hombre que ama el campo, a la tierra, a las aguas, al viento, a los árboles de una tierra muy especial, las tierras del Chiriquí Viejo.
Stanley Heckadon Moreno es el hombre que a pesar de haber estudiado y explorado cientos de lejanos sitios en casi todos los continentes del Planeta, todavía guarda una profunda relación con todo lo que encierra el Chiriquí Viejo, porque para él venir a Chiriquí, es ir al Chiriquí Viejo, a ese sitio enclavado en las riberas de la poderosa corriente que fluye desde las laderas del volcán Barú y que baña los suelos donde sus abuelos Aurelio y Josefa, se asentaron hace más de cien años y, con ello, determinaron la pasión que su nieto Stanley desarrollaría por el estudio de la biodiversidad istmica.
Quizás algunas de las cosas que más han marcado la vida de Stanley Heckadon Moreno es su simbiosis con las tierras del Chiriquí Viejo.
En las aguas de aquella corriente aprendió a nadar, en esas tierras arreó el ganado, comió los monos de sus tías para los días de faena, cortó y vendió plátanos, manejó el canalete de los botes de espavé para salir a la mar.
En esa tierra de los bananales padeció de malaria cuatro veces, conoció de las mordidas de serpientes y heredó la devoción por la Limeña.
El hombre del Chiriquí Viejo a quien rendimos este homenaje por su aporte valiosísimo a la investigación nacional en diferentes ramas del quehacer científico, es también un tributo al sencillo hombre que salió del más lejano de los ríos chiricanos, ese que serpentea por el poniente de esta provincia.
Es un tributo al sencillo hombre que se formó, como el mismo escribió para la obra Ser chiricano, "en una de esas fincas levantadas a hacha y machete, en plena selva, a ocho vueltas arriba de la Boca de los Espinos".
Es un tributo a ese hombre que se fue a estudiar a grandes universidades, que ha logrado escalar una posición cimera en uno de los más prestigiosos centros de investigación mundial, pero que pese a todas las luces del mundo profesional en el que ha descollado, ama y vuelve siempre a sus raíces.
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Imágenes del acto de reconocimiento organizado por CULTURAMA Y LA FUNDACION BIBLIOTECA DE BOQUETE, al doctor Stanley Heckadon Moreno, jueves 20 de septiembre de 2012.
Hicieron uso de la palabra: Lizzi Espinosa (Directora de la Biblioteca de Boquete), Mario Molina, del Departamento de Historia de la UNACHI, Camilo Brenes Pérez, amigo del científico, Manolo Ruiz, Alcalde de Boquete, Demetrio Miranda, en nombre de la Asociación Ambientalista de Chiriquí, Price Peterson, de la Fundación Biblioteca de Boquete, Ovidio Saldaña, de la UNACHI, Francisco Rojas, del Club de Leones de Boquete y Anayansi Díaz, Diputada Suplente del Circuito 4.3
El alcalde Manolo Ruiz con el Dr. Stanley
Anayansi Díaz, suplente del diputado Hugo Moreno con Stanley Heckadon
La hermosa instalación de la Biblioteca de Boquete, abierta en febrero de 2012 fue el escenario de este acto: conversatorio con el Dr. Stanley Heckadon previo al reconocimiento
Público asistente, niños, jóvenes y adultos
Público asistente de diversas organizaciones y comunidades
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