En septiembre de 2009, recorrí por primera vez
la Boca de los Espinos, el punto donde los ríos Escarrea, Duablo y Chiriquí Viejo
se besan con las aguas del océano Pacífico.
En aquella ocasión entré al magnífico estuario por Estero Rico, en el cordón
litoral de Alanje. Hoy, tres años
después, vuelvo al sitio pero esta vez
por el curso del Chiriquí Viejo,
al lado del personaje que me había relatado la existencia de este singular paraje:
Stanley Heckadon Moreno, porque él creció a “ocho
vueltas de la Boca de los Espinos.”.
A las once de la mañana del domingo 23 de
septiembre de 2012, a bordo del
Monarka, un pequeño bote que hace
cuarenta y dos años compró la maestra Nenga (la mamá del doctor Stanley) en la
Feria de David, Olmedo Miró,
Camilo López y Leopoldino Guainora, completábamos el grupo de cinco que
arribaría a una isleta donde hace cuatro décadas el prestigioso científico
del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) desarrolla la
Reserva Natural Cabimo.
A medida que avanzábamos por los meandros del
Chiriquí Viejo (cuya coloración chocolatosa indicaba lluvia en la cordillera),
Heckadon Moreno nos iba explicando
cómo era esa zona cuando él era niño: los lagartos pululaban en esas aguas, los
bosques frondosos flanqueaban no solo las orillas sino que poblaban toda la
región y durante la estación seca la corriente era casi cristalina.
A solo 15 minutos en bote de la finca fundada por los abuelos del doctor
Heckadon, en el Chiriquí Viejo (corregimiento de Baco, distrito del Barú), se
encuentra el Cabimo. Desde lejos, se aprecia la gran diferencia entre esta
porción territorial, de 26
hectáreas, de los terrenos circundantes.
Decenas de especies arbóreas han sido sembradas para apoyar el proceso
de regeneración del bosque y monos congos, cariblancos y monos ardillas habitan
el lugar. Los monos congos o aulladores son tantos que, según Camilo y Leopo, existen las "bandas" del Cabimo Norte y Cabimo Sur.
Durante el periplo por Cabimo aprendimos cómo los manglares le ganan terreno al
mar y cuáles son las diferencias
entre el mangle negro (sus raíces afloran verticales desde el suelo para
respirar) y el mangle rojo (con raíces aéreas enrevesadas). En ese laboratorio
natural revaloramos la importancia
protectora y descontaminante de esta única especie que soporta los ambientes
salinos.
Atravesamos la isleta mientras escuchamos las olas de la mar romper en la costa
cercana, era la playa de Estero Rico y estábamos nuevamente frente a la Boca de
los Espinos. En ese punto, nos
relató el incansable investigador smithsoniano cómo a los doce años durmió una
noche en un banco de arena en esa Boca para atrapar tiburones: dos de ellos quedaron enganchados en sus anzuelos pero tuvo que decidirse
solo por uno.
Después de casi tres horas caminando e identificando plantas
y aves, volvimos a la corriente del
Chiriquí Viejo para retornar a la finca.
Con la marea en descenso,
Leopoldino, encargado de
manipular el motor, tuvo que bajar
de la pequeña nave para buscar aguas más profundas. El doctor Heckadon no dudó en quitarse las botas de hule y
remangarse sus jeans para ayudarle en la faena.
Unas garzas fueron testigos de nuestro regreso
y un inmenso ceiba bonga en solitario nos sorprendió en la ribera izquierda del
cauce que, en algunos puntos, alcanzaba hasta
los 150 metros de ancho.
Marcial Rodríguez, natural de Baco, nos
esperaba con un delicioso sancocho con abundantes verduras y una botella de Blue Nun, un vino alemán
que obsequiamos al doctor Stanley y que, un poco frío, degustamos con el
suculento almuerzo.
A la mesa de la agradable casa de madera
construida hace casi setenta años, continuamos escuchando las anécdotas y
relatos del doctor Stanley de quien siempre se aprende, y más, cuando se está en su amada tierra... en
las cercanías del río y la mar.
Salud, doctor Stanley! Ojalá pronto podamos volver al Chiriquí Viejo...
Fotos: Milagros Sánchez Pinzón y Olmedo Miró Rodríguez.
Muy interesante, y saber que Chiriqui cuenta con un cientifico de la talla del Dr. Heckadon, ojala en el futuro tengamos más cientificos como el.
ResponderEliminarEso nos indica que debemos esforzarnos más para poner en práctica el lema: EN CHIRIQUI, LA EDUCACION ES PRIMERO
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