Discurso del doctor Price Peterson* en la entrega del Galardón al Liderazgo Educativo "Maestro Ramón Guerra" 2017. Biblioteca de Boquete, jueves 6 de abril.
EDUCACIÓN
EN PANAMA
Buenas
noches damas y caballeros.
Para
comenzar, me gustaría extender mi agradecimiento al comité que me ha elegido para recibir este honor –
Milagros, Roger Patiño, Luis Carlos Watts y la familia Guerra – Don Roger y Dona
Elida Guerra de Nader. El esfuerzo incesante de estas personas por mejorar la
educación en Chiriquí, además de un sistema federal, son ejemplos para el resto
del país. En una nota personal, la familia Peterson llegó a Chiriquí con una
perfecta ignorancia del idioma español. Radio Chiriquí y el profesor Ramón
Guerra, junto con el Chavo del Ocho, se convirtieron en nuestros instructores
diarios.
Quisiera
agradecer también a la Biblioteca de Boquete por permitirnos utilizar sus
instalaciones esta noche.
Generalmente
los debates sobre educación son divididos y disruptivos. Nadie se pone de
acuerdo. Sin embargo, ese no es el caso en Panamá. Hay un notable grado de aceptación
ante el hecho de que la educación nacional es terrible. Esta conclusión está
respaldada tanto por números como por experiencias. La última evaluación internacional en la que participaron
jóvenes de 15 años de 65 países, Panamá quedó de número 63. Me estoy refiriendo
a la famosa prueba PISA, evaluación en la que esperamos, Panamá siga participando.
La
experiencia de los empleadores panameños es igualmente decepcionante. La gran
falta de recurso humano capacitado ha logrado que, por primera vez, APEDE y la
Cámara de Comercio, así como otros grupos de empresarios, estén activamente
apoyando y trabajando para el mejoramiento de la educación. Estos grupos no
están limitados por capital, mercados, ni costos de producción, su mayor
obstáculo es la educación nacional.
Nuestra
finca, Hacienda La Esmeralda, emplea a más de 100 personas a tiempo completo.
Queremos y necesitamos crecer. Necesitamos contratar más y más personal de
supervisión que cuente con educación superior. Sin embargo, cuándo entrevisto a
egresados de la Universidad de Panamá que no entienden conceptos de
porcentajes, cálculo de promedios, conversión de fracciones a decimales, o
tienen problemas con conceptos básicos de matemáticas, me doy cuenta que algo
anda mal.
Esta
noche no entraré en el debate de señalar culpables- maestros flojos,
estudiantes cínicos y padres desinteresados. Este debate tiende a ser una
discusión común pero estéril que no genera ninguna política de potencial
mejoramiento o solución al problema.
Lo
que si sabemos es que tenemos dos elefantes que se sienten defensores de la
educación en Panamá, el MEDUCA y los
sindicatos. Ambas entidades pretenden defender los intereses del sistema
educativo y de los estudiantes. El primero, generalmente defiende al gobierno y
el segundo, los intereses financieros del personal docente. Debatir sobre
culpables es casi tan productivo como el debate de maestros vs estudiantes vs
padres de familia.
Antes
de continuar, quiero aclarar una creencia fundamental para mí. No existe el
sistema perfecto – ni educando, ni aprendiendo. Por ejemplo, en Corea del Sur,
los estudiantes pasan de 10 a 12 horas por día en un salón de clase y obtienen
puntuaciones muy altas en la prueba
PISA. En Finlandia, al contrario, los estudiantes pasan de 2 a 3 horas por día
en los salones de clase – el resto del día lo pasan aprendiendo en la ciudad,
en el bosque o en skiis. Estos últimos obtienen los mismos puntajes
excepcionales que sus contrapartes sur coreanas en la prueba PISA.
Lo
que quisiera hacer esta noche es que veamos el problema desde otra perspectiva
que, si se persigue, podría llevarnos al mejoramiento de la educación. Quisiera
hablar hoy del sistema educativo y las organizaciones.
Las
naciones tienden a ser formadas de 2 maneras. La primera es por un número de
pequeñas pueblos que deciden unir como un estado único – una federación para
Roger. Ejemplos: Suiza, cuyos cantones emergieron, Estados Unidos de América o
la Unión Soviética. La segunda forma a hacer un nación son aquellas naciones
que se unen por su lenguaje o patrimonio común y crecen y crecen hasta
convertirse en una nación estatal – una república o sistema antifederal. Por
ejemplo: la mayoría de las naciones europeas occidentales. En las primeras
naciones, su administración fundamental se origina en unidades más pequeñas,
cantones o estados, y luego adquieren una administración federal con poderes
limitadas (carreteras, ejércitos) pero nunca educacion. En la Republica, el
segundo caso, la administración del
estado, a pesar de continuar creciendo, se mantiene centralizado y a mantener
esta cohesión se dificulta.
La
educación, siendo siempre un objetivo nacional, es parte del proceso. En
aquellas naciones en las que prevalece el federalismo, el mismo se mantiene
bajo un control local, con algunas contribuciones de carácter nacional. El
sistema antifederal o republicano, controlado centralmente, se hace más grande, más extenso y menos
manejable. Al mismo tiempo se vuelve más costoso debido a la necesidad de
mantenimiento y control, y por la burocracia que lo acompaña.
Cuándo
dicho sistema antifederal se vuelve incontrolable y se convierte en blanco
fácil para grupos de presión como sindicatos, el sistema se torna inmanejable y
comienza a desmoronarse. El cambio y la mejora se vuelven imposibles. Las
políticas públicas tienden a enfocarse en la administración y en el trato con
los grupos de presión – no en la educación.
La
respuesta obvia parece ser la movilización hacia el control y responsabilidad
local por la educación. Esto puede lograrse de dos formas – administración
local/distrital de la educación pública, y/o la formación de escuelas particulares, de
los cuales hay 65 en Chiriqui. Ambas
opciones llevan a resultados similares de control local y ambas dependen de una
ciudadanía informada y preparada para participar en el proceso educativo.
Ejemplos
de la primera opción, administración local/distrital de la educación pública,
son Suiza y Estados Unidos. En ambos
países los fondos provienen parcialmente de impuestos nacionales pero mas de impuestos de escuelas locales o de propiedad.
Los maestros son nombrados y despedidos por el distrito escolar local o el
consejo escolar del cantón, con salarios establecidos a nivel local. En los
Estados Unidos, los años escolares requeridos son establecidos a nivel
nacional. En Suiza, se establecen a nivel local. En algunas localidades se
promueve más la educación dirigida hacia la vocación mientras que otras dirigen
al estudiante a una educación universitaria. En ambos países, la administración
yace en manos de una directiva elegida de forma local (usualmente entes
apolíticos).
La
segunda opción que mencioné es el desarrollo de escuelas particulares o
privadas. En Panamá, este modelo fue promovido por escuelas religiosas sin
fines de lucro. Aunque nominalmente controlada desde Roma a través de la orden
de educación, este modelo contó con algo de control local. Subsecuentemente,
esto llevó al establecimiento de verdaderas escuelas privadas, en donde el
control está en manos del dueño con algo de supervisión estatal. En algunas
partes de los Estados Unidos, existen escuelas públicas administradas por el
distrito escolar local elegido, escuelas privadas administradas por sus dueños
o por instituciones religiosas, y, finalmente, existen también escuelas
privadas financiadas por el estado (escuelas chárter).
Ambos
sistemas, las escuelas públicas administradas de forma local, así como las
escuelas privadas administradas de forma local, representan la
descentralización de la educación. Ambas responden a controles locales – sea
para bien o para mal. Ambas requieren cierto grado de sofisticación educativa
en la administración. La pregunta es, producen mejores estudiantes?
Hace
algunos años, José Chen Barría, obtuvo data cruda sobre el desempeño de la
provincia de Chiriquí en aquella prueba PISA del 2009 en la que Panamá obtuvo
el 63 (sexagésimo tercer) lugar de 65 países participantes. José Chen Barría
desglosó los resultados de estudiantes provenientes de escuelas nacionalmente
administradas y escuelas localmente administradas – es decir, escuelas públicas
y particulares – y comparó los resultados. Ambos grupos tienen la misma
genética panameña, el mismo clima, y a menudo los mismos profesores, que por lo
general trabajan en escuelas privadas en la mañana y en escuelas públicas por
la tarde.
Cómo
se pueden imaginar, adolescentes de 15 años de escuelas particulares o
privadas, calificaron un poco más alto que estudiantes estadounidenses y Canadienses (18th) y quedaron fácilmente a
la par de estudiantes de la mayoría de los países de Europa occidental. Panamá en general calificó de número 63,
superando solamente a Perú y a Azerbaishan. Cómo se puede explicar esta vasta
diferencia sabiendo que son los mismos
jóvenes, los mismos profesores o similares, el mismo clima, el mismo currículum
y el mismo tamaño de salones/facilidades?
Otra
forma de medir la situación. Soy fideicomisario de la Universidad Zamorano en Honduras. El
Zamorano recluta estudiantes panameños y muchos de ellos son becarios. Todos
los estudiantes son obligados a tomar un examen de admisión internacional, en
español, para conocer sus habilidades y su capacidad de completar una educación
universitaria. Los estudiantes de Las Monjas y el San Agustín, así como otros
colegios privados obtienen siempre puntuaciones altas en estas pruebas.
Aunque
creemos que las calificaciones de secundaria son un mejor indicador para medir
el rendimiento potencial del estudiante, las pruebas revelan información
importante. El año pasado, se hizo un esfuerzo especial para reclutar a jóvenes
indígenas y se le solicitó a los profesores de la Comarca que nominaran a los
15 mejores estudiantes para participar de la iniciativa. Después un curso de 6
semanas de preparación en Matemáticas, los jóvenes tomaron el exámen de
admisión. Ninguno de ellos calificó para ingresar al Zamorano. El Zamorano requiere
1000 puntos en la versión en español del exámen SAT.
Hace
algunos años, al MEDUCA se le presentó una iniciativa. Sería interesante
implementar el control local en la administración educativa de escuelas en un
mediadocena de comunidades elegidas. La idea era que el distrito eligiera a una
junta directiva de educación que sería la encargada de administrar las escuelas
del distrito en mención. El gobierno central asignaría un presupuesto de $1300
por año/por estudiante y la directiva
contrataría y despediría a profesores, usarían el currículum estatal y
operarían el sistema educativo.
A
mí y a mi buen amigo Rodrigo Marciaq nos pareció que esta era una iniciativa
muy interesante. Los dos comenzamos a hablar sobre la idea hasta toparnos
contra el gran elefante inamovible – los profesores. No habrá ningún cambio.
Punto. Fin de la idea. (Cuántas veces puede en realidad un hombre desviar la
mirada y pretender que no ve a un elefante?)
En
resumen, en los negocios “ más es mejor” pero en la educación la simplicidad es
más inteligente. Unidades más pequeñas dan lugar a una educación que se adapta
al lugar en dónde se desarrolla. Sea agricultura en Cerro Punta, negocios en la
ciudad de Panamá o pesca en Pedregal. Una administración local y más pequeña
permite más experimentación, más profesores involucrados en el planeamiento, y
la creación de un currículum que responda a las necesidades de educación
particulares de cada estudiante. Una talla para todos NO funciona en la
educación, la descentralización SI. Y ahora, mientras la descentralización está
de moda, es quizás el momento de probar una administración local y
descentralizada de las escuelas en pequeños y más simplificados distritos en
Chiriquí. Todo lo que necesitamos es la voluntad de nuestros buenos amigos del
MEDUCA.
Gracias
por su atención
El doctor Price Peterson, presenta su discurso sobre
la educación en Panamá. Interrogantes, perspectivas, propuestas..
Entrega del Galardón, por Elida Guerra de Nader y Roger Guerra,
descendientes de Ramón Guerra
Parte del público asistente al acto de entrega en la Biblitoeca de Boquete
Una pareja de inmigrantes ideales; SUSAN Y PRICE PETERSON, comprometidos con la comunidad boqueteña y el país en todas sus facetas: agroproductivas, educativas, socio-culturales.
* Price Peterson es doctor en Neuroquímica. Fue catedrático de la Universidad de Pensilvania e investigador del Instituto Nobel, en Estocolmo, Suecia. Se radicó, desde 1973, en la comunidad de Palmira, distrito de Boquete, donde se dedicó -junto con su familia- a las actividades agropecuarias, especialmente a la ganadería y al cultivo del café. Peterson es el nervio motor de la Fundación Biblioteca de Boquete, entidad que ha cambiado la vida socio-cultural del valle del eterno arco iris, porque "un libro puede cambiar una vida, una biblioteca puede cambiar una comunidad.
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