Muy buenos
días a todos y todas, primero quiero agradecer a la Profesora Milagros Sánchez
Pinzón, por la oportunidad de ofrecerles
unas cuantas palabras sobre la importancia del agua. Segundo, mis
consideraciones y gratitud a cada una de las personas que tienen como prioridad
el cuidado de las fuentes hídricas.
Doy
inicio a mi intervención con un pensamiento de la UNESCO (Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), que dice así: “Tomar
agua nos da vida, pero tomar conciencia nos dará agua”. Anoche mientras
veía un reportaje sobre el agua, escuche decir al periodista que nuestro bello
país, Panamá, es la nación que más
consume agua por persona, específicamente 370 litros diarios, mientras que
países como México, Ecuador, Colombia, entre otros, presentan un consumo menor
y el detalle de esto es que cada país que mencione posee una población mucho
mayor que la nuestra ¡sorprendidos! yo sí. Me pregunto ¿qué pasa por la mente
de cada uno de los panameños y panameñas al ver estos números? y me surge otra
duda ¿por qué nosotros no valoramos nuestro petróleo? es decir el agua. Acaso
tiene que ver con nuestra educación, yo creo que sí. No acepto que en pleno siglo XXI, nuestras instituciones educativas no impartan
clases relacionadas con el medio ambiente. Es importarte cambiar ese aspecto en
los planes de estudio en general, si
queremos que esta situación que nos aqueja mejore.
La
educación es el mejor método que tenemos para comunicar la importancia de velar
por la protección de los diferentes torrentes, iniciando desde los niños y
estos de una manera sencilla y animada se los trasmiten a sus padres. También,
es importante que nosotros los jóvenes tomemos un papel fundamental en el
cuidado del vital líquido, debido principalmente a que es
un recurso esencial para la mayoría de las formas de vida, esto sin duda
debe generar un pensamiento reflexivo en
todas las personas. Pero no basta con reflexionar, ya es hora de actuar,
recordemos “tomar conciencia nos dará agua” tenemos la
responsabilidad y la obligación como jóvenes y el presente de
este país, cuidar nuestras fuentes de vida, es decir el agua, para las futuras
generaciones.
No
deseo un futuro donde un niño con lágrimas en los ojos me señale y me
culpe por no hacer nada, cuando pude haber hecho algo para salvar su bienestar.
Sin embargo, siento que todavía estoy y estamos a tiempo de reparar el daño
causado a nuestros ríos y sin duda sé que no será nada fácil solucionar el
deterioro de cada uno de los torrentes afectados en la provincia y en el país.
El primer paso, sería implantar en los panameños el sentido de reflexión con
respecto al uso eficiente del agua y hacerle ver la gran importancia que posee
la misma. Pero para lograr este cometido
en estos tiempos difíciles donde
el agua no es valorada como se debe y en
donde se nos olvida que esta es necesaria para el correcto funcionamiento de nuestro sistema,
ya que el cuerpo humano no tiene la capacidad de almacenar
el tan preciado liquido, lo que implica que
debemos reponer el agua perdida. Pero
esta observación al parecer no encaja en la personalidad de cada uno de los
panameños, me refiero estrictamente al poco interés por parte de la mayoría de los
panameños y panameñas en cuidar su fuente de vida y desarrollo. Por esta razón, es que yo apelo a la educación
para justamente inculcar esos detalles que posteriormente hará la diferencia en
las futuras generaciones.
Nosotros los jóvenes somos ingeniosos,
astutos, observadores. Con estas características estamos en óptimas condiciones
para brindarles ayuda a cada una de las organizaciones protectoras del vital
líquido. Para finalizar, tengo una petición: no más hidroeléctricas en nuestros
ríos, propongo la elaboración de un anteproyecto de ley, para tratar de blindar
nuestras fuentes hídricas de la sobreexplotación y por favor, el llamado “desarrollo” no se puede anteponer
a la protección de nuestros ríos.
Muchas
Gracias…
Jaime Brown Vega
Estudiante de Geografía e Historia
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