RUGIDO DEL INFIERNO...
La erupción del volcán Krakatoa es considerado el desastre natural más espectacular de la historia moderna.
Se trató de un evento catastrófico con efectos en todo el mundo. La explosión, provocada por la furia del Krakatoa en el océano Índico, se escuchó a miles de kilómetros, la ceniza expulsada viajó hasta Londres y Nueva York, y se mantuvo en la atmósfera por varios años, lo que afectó el clima del planeta. Erguido a 790 metros sobre el nivel mar, el 20 de mayo de 1833 entró en plena actividad y se mantuvo constante con hasta once conductos secundarios en sus laderas que expulsaron material volcánico. Una de las últimas explosiones ocasionó el colapso de las cámaras que formaban la caldera del Krakatoa, cuya reacción con el agua marina ocasionó la última, que voló dos terceras partes de la isla con un potencia de 200 megatones, es decir que la energía que liberó fue equivalente a la producida por el estallido conjunto de 7.000 bombas atómicas de Hiroshima. El gran estallido final provocó un tsunami cuyas olas alcanzaron 40 metros de alto. Poco más de 36,000 personas perecieron a lo largo del estrecho de Sonda. El ruido provocado se escuchó a 5 mil kilómetros a la redonda y se calcula que el eco alcanzó una tercera parte de la Tierra, llegando hasta Australia, a más de 3,500 km. de distancia. La columna de humo se elevó a más de 80 kilómetros y bloqueó la luz solar. También se presenció algo insólito: grandes piezas de piedra pómez aparecieron flotando sobre el mar -algunas de hasta tres metros que llegaron a convertirse en obstáculos para la navegación- y cruzaron el océano Indico por meses; otras, alcanzaron la Melanesia y permanecieron a la deriva dos años después del evento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario