Fundado el 21 de agosto de 1988 en David, Chiriquí. República de Panamá

lunes, 27 de junio de 2022

HOMENAJE A LOS ANTROPÓLOGOS: LUZ GRACIELA JOLY Y STANLEY HECKADON MORENO

En el marco de la IV Feria del Libro de la Biblioteca de Boquete (del 23 al 26 de junio de 2022),  se organizó un homenaje a los investigadores: Luz Graciela Joly y Stanley Heckadon Moreno, ambos especialistas en Antropología  que han dedicado la mayor parte de su vida a la producción literaria en sus disciplinas y a la enseñanza en diferentes modalidades.   


Le correspondió al científico e investigador Abel Batista, herpetólogo, enunciar las palabras de presentación del doctor Stanley Heckadon Moreno, que resultan valiosas compartir.

Dr. Stanley Heckadon-Moreno

Por Abel Batista

Los naturalistas del istmo que nos han visitado después del siglo VIII, vieron un país lleno de “selvas entre dos mares” ¿Cómo vemos a Panamá hoy en día?

Bienvenido Dr. Stanley, su esposa Sonia Martinelli de Heckadon, Dra. Luz Graciela Joly Adames, y familiares, Equipo de la Biblioteca de Boquete, autoridades locales, ONGs, y público que nos visita.

El día de hoy 26 de junio del 2022, será un día grato de recordar en el Distrito de Boquete, pues hoy, el peso de la trayectoria científica, cultural y social del Dr. Stanley Heckadon-Moreno está dejando huellas, que ablandan los más áridos terrenos que a su paso recorre.

Es muy grato para mi estar parado frente a ustedes y tener el honor de hacer remembranza de los trabajos del Dr. Stanley, algunas de las que he podido ser espectador durante la corta carrera de cualquiera aquí en Panamá si la comparamos con la magnífica ejecutoria del Dr. Stanley.

Y es que el Dr. Stanley, sin duda es el panameño “Chiricano, de las riberas del río Chiriquí Viejo” más aventurero y explorador que puedo reconocer. Creo que hasta alma de Gitano tiene ajajaj, principalmente debido a sus aventuras atrevidas desde sus viajes entre California y Panamá, hasta sus recorridos en Colombia durante sus estudios en La universidad de los Andes, que por cierto también tuve la experiencia de estudiar allí. Leyendo parte de su autobiografía, me sorprendía como disfrutaba de sus “estudios”, haciendo una tesis muy interesante en el Golfo de Morrosquillo, en donde combinaba sus días de investigación con días de buceo y arpón, pescando para ganarse la vida.

Hace unos 24 años, escuché por primera vez el nombre del Dr. Stanley, y fue en la materia de conservación de los recursos naturales renovables de la carrera de biología, facilitada por otro “influencer” como los llamamos hoy en día, El profesor Demetrio Miranda. Él introdujo el libro Los Naturalistas del Istmo de Panamá. Fue muy placentero para mí y los compañeros de la clase hacer lectura de uno de los libros que te traslada directamente a vivir la experiencia de los primeros naturalistas que visitaron nuestro istmo. Recuerdo las transiciones o ecotonos que fue observando el naturalista Henri Pittier cuando inició su trayectoria a caballo entre David y boquete, por allá en el año 1911, actualmente este recorrido lo haces en automóvil, y si leíste este libro no dejas de pensar en esto cuando subes a boquete. Además, las historias de otros expedicionistas como Edward Goldman que visitó las minas de oro de Santa Crúz de Cana, en Darién, un sitio que en la actualidad es accesado solo a pie o en helicóptero, a unos 45 km del pueblo más cercano, camino que también me tocó recorrer hace 10 años y recordar los escritos del Dr. Stanley. A lo largo de mis expediciones en la república istmeña, no hay sitio que no haya recorrido y que el Dr. Stanley haya plasmado con su pluma. En una ocasión estuve viviendo en la antigua y casi abandonada casa del Diputado Pablo Oton, en el Real de Santa María en distrito de Pinogana, allí me encontré en una biblioteca inusual para un sitio tan alejado y casi olvidado por los gobiernos de turno, un libro sobre las aves de Panamá del Dr. Alexander Wetmore, autografiado por el mismo y dedicado al distinguido diputado. Recientemente me conecté a una conferencia virtual del Dr. Stanley, en donde presentaba el libro Alexander Wetmore y las Aves de Panamá, en ese momento le pregunté si conocía al diputado Oton. De momento capté que estaba en medio de una conexión de casi un siglo entre personas enlazadas, de una forma u otra a través de sus relaciones personales, escritos y/o expediciones realizadas en los mismos sitios por  estos naturalistas, Wetmore, Oton y Stanley, o Stanley-Oton y Wetmore, como lo quieran ver.

Cuando haces lectura de los escritos del mayor Naturalista de Panamá, te involucras de tal manera que cuando regresas personalmente a esos sitios experimentamos una suerte de deja vu, que parece increíble, y eso sentí cuando caminaba los senderos hacia la cima de Cerro Hoya, en Azuero, estaba “entre selvas y potreros”, una obra literaria que es parte del recorrido del Dr. Stanley, estudiando y trabajando con los primeros colonizadores del istmo, una lucha de la que participó, documentando y tratando de preservar nuestros bosques, de una manera muy particular, trabajando con la gente. Tenemos la Suerte que él llegara en el momento oportuno para salvar nuestros bosques, pues, de otra manera Panamá hubiese sido convertida en potreros.

Es interesante que gracias a ese trabajo y otros del Dr. Stanley, a inicios de su carrera, ahora podemos valorar no solo los recursos naturales, sino la preservación cultural, y lo demostró en su lucha por garantizar los territorios indígenas, que, a raíz de eso, ahora ellos pueden disfrutar de cierta seguridad en sus tierras comarcales. Gracias al Dr. Stanley, aseguramos la fuente hídrica del Canal de Panamá, y es que él fue el promotor de una de las áreas protegidas más importantes del país, el Parque Nacional Chagres. Esta batalla permanente del Dr. Stanley fue, por muchos años, casi en silencio y que no ha sido reconocida como se lo merece.

Como biólogo, si quieres saber algo de la historia de los científicos o naturalistas de Panamá, que nos han visitado hace décadas o siglos, el Dr. Stanley de seguro tendrá esas respuestas, o te ayudará a conseguirlas. Como ejemplo, el año pasado describimos una especie de rana de la frontera con Colombia, el primer espécimen fue colectado en 1911, y no había registros de su colector, pero gracias a la información facilitada por el Dr. Stanley, pudimos conocer que había sido colectada por el Naturalista Henri Pittier en una expedición a las costas caribeñas del oriente de Panamá. En Panamá tenemos la dicha de tenerlo y que sus trabajos de excelencia, estén impresos para la enseñanza de generaciones futuras indefinidamente.

Y es que a partir de ese primer libro que leímos, nos consideramos unos naturalistas, con deseos de entender cómo funcionan las cosas en la naturaleza y estar en contacto con ella, lo llevamos a otro nivel. Recientemente el año pasado registramos legalmente la Fundación Los Naturalistas, haciendo honor a toda esa formación que nos está dejando el Dr. Stanley. Esperamos no defraudar sus valores, y hacer de esa fundación un modelo para el estudio y la conservación de la biodiversidad de Panamá, a través de expediciones a los sitios más remotos del país.

Muchas gracias Dr. Stanley por todo lo que ha hecho por nuestros recursos naturales y culturales, de nuestro país. Y es que el Dr. Stanley, ha realizado una contribución de cientos de publicaciones, en todas las áreas posibles, desde sus bien documentados libros (por mencionar algunos: Cuando se acaban los montes, Colonización y destrucción de los Bosques de Panamá, Agonía de la Naturaleza, Panamá Puente Biológico, entre otros), artículos científicos, sus artículos en épocas, y otros artículos de periódicos en el que acerca sus notas a un público más general, cerrando la brecha entre ciencia y comunidad. 

 

En honor al Dr. Stanley Heckadon

Por su trayectoria como Naturalista del Istmo de Panamá


El doctor Heckadon Moreno recibe del doctor Abel Batista un ejemplar de la obra sobre la isla Escudo de Veraguas, reciente trabajo de investigación interdisciplinaria. 



La antropóloga Luz Graciela Joly, quien estuvo acompañada por toda su familia,
 recibe también el ejemplar sobre la biogeografía de la isla Escudo de Veraguas. 


El Grupo Cultural Ngäbe-Buglé de la UNACHI  presenta un baile jegui
en el homenaje a los investigadores.


Patricia Alvarado y el doctor Price Peterson, de la Fundación Biblioteca de Boquete, entregan reconocimiento al doctor Heckadon-Moreno.


El doctor Price Peterson y la licenciada Elsa Castillo, nervios motores de estas actividades educativas vitales para la población. 


Los invitamos a ver el video que realizan estudiantes en homenaje a la profesora Luz Graciela Joly:



jueves, 10 de marzo de 2022

ENTRE LAS MONTAÑAS DE COGOLLO...

 Por: Milagros Sánchez Pinzón

Semanas atrás, por iniciativa de la gestora social Johanne Álvarez Palacios, la organización educativa Culturama, con el apoyo del Equipo Cívico-Militar de la Embajada de los Estados Unidos y un grupo de voluntarios de SINAPROC, decidió emprender un proceso de recolección de útiles escolares y materiales didácticos para los 200 niños matriculados y los siete maestros de la Escuela Quebrada de Cogollo.

Unidades del SENAN y del Equipo Cívico-Militar de la Embajada.

Decenas de personas y organizaciones contactaron a Culturama y entregaron  su contribución.  El Club Soroptimista, Infoplazas AIP, la Nueva Asociación de Arroceros de Chiriquí (NAPACH) e Islas Secas Resort, figuran entre las empresas e instituciones.  También se sumaron los aportes personales de  Marlene Valdéz, Angie De Gracia, Herminio Aparicio,  Yadira Guerra, Luz Graciela Joly, Berta Chan, Rita Cortés, María Estela Santamaría, Rosalía Samudio, Coridalia Concepción, Darlenys Batista, Narcisa de Lassonde, Olguita Pitty, Ernestina Orocú, Sandra Almengor, Sonia Hernández, Jorge Almengor, Modesto Rangel, José Ortega Torres, Ana Medina y Marlene Valdés.

Los caseríos de Quebrada de Cogollo, Cogollo 1 y Cogollo 2 pertenecen al corregimiento de Boca de Balsa en el distrito de Besikó, comarca Ngäbe-Buglé; están empotrados a más de 450 metros sobre el nivel del mar,  entre montañas que superan los  1 500 metros de elevación.

Vistas panorámicas de la comarca Ngäbe-Buglé.

Para visitar estas comunidades ngäbes, se pasa por Soloy, Boca de Huso, Boca de Balsa y se llega a Boca de Remedios, punto donde termina la carretera de piedra. A partir de ahí, se avanza por una trocha que atraviesa numerosas pendientes y se cruzan los ríos Remedios y Balsa recurriendo a zarzos. El río Balsa es una corriente impresionante, discurre desde la Cordillera Central y mantiene un caudal abundante aún durante la estación seca. 

Río Remedios, que comunica Boca de Remedios con Quebrada Cogollo.
Zarzo sobre el río Remedios. Altitud 328 metros sobre el nivel el mar.
El río Balsa nace en la Cordillera Central.
Esta corriente de agua mantiene un abundante caudal en temporada seca.
Las aguas del Balsa y el Remedios se unen al sureste del caserío de Boca de Remedios.
Zarzo sobre el río Balsa, a una altitud de 370 m.s.n.m.

Después de recorrer a pie casi 3 kilómetros, desde Boca de Remedios en dirección noreste, se vislumbran  en un especie de  planicie las estructuras de madera y zinc que dan vida a la Escuela Quebrada de Cogollo.  

Estructuras de zinc y madera albergan los salones de Escuela de Cogollo.
"La falta de educación es para el pobre una desventaja
mayor que la pobreza": Benito Pérez Galdós 
"La pobreza no es un accidente, como la esclavitud, es una 
creación del hombre y puede eliminarse con las acciones 
de los seres humanos". Nelson Mandela
Letrero en la Escuela de Cogollo anunciando el inicio de clases.

El censo de población 2010 registró 168 personas habitando esa comunidad y las circunvecinas, sin embargo, durante la gira del 6 de marzo de 2022 para entregar los artículos recolectados se pudo comprobar en el terreno que, en los últimos doce años, el número de habitantes se ha triplicado.

"En un país bien gobernado, la pobreza es algo que avergüenza.
En un país mal gobernado, la riqueza es algo que avergüenza". Confucio
"Los niños son como las estrellas, nunca hay suficientes"
Teresa de Calcuta
"Hay personas que tienen todo y no sonríen casi nunca;
Otras que no tienen nada y sonríen casi siempre"
"En cada niño se debe poner un cartel que dijera: 
Tratar con cuidado, contiene sueños". Mirko Badiale
"Aquellos que tienen el privilegio de saber,
tienen la obligación de actuar". Albert Einstein

El subdirector del centro educativo, el maestro Isidoro Serrano, el señor Julián Gallardo, presidente del Club de Padres de Familia, y un centenar de hombres y mujeres acompañados por sus hijos (sumaban más de doscientos entre infantes y adolescentes),  recibieron al equipo de  Culturama (Itzel, Marlene, Ulises y Milagros), a Louis Mense, Cipriano Santamaría, Brent Wolfer y Gene Bell (representantes cívico-militares de la Embajada de EE.UU.) y a Juan Carlos, Eusebio, Migdalia, Freddy y Nitzia, los cinco voluntarios de SINAPROC del distrito de Besikó,  quienes sirvieron de avanzada y fueron piezas claves en la entrega de los obsequios.

El subdirector del plantel, Isidoro Serrano (camiseta gris) y
Julián Gallardo (camisa celeste), presidente del Club de Padres de Familia.
Parte de los moradores de Quebrada de Cogollo y zonas aledañas.
En el centro, Nitzia Miranda, voluntaria de SINAPROC.
Los niños esperando su turno para recibir bebida de chocolate y galletas.

La carga resultó tan pesada y numerosa para movilizarla por esos parajes sin vías de comunicación terrestre que se requirió el apoyo del Servicio Nacional Aeronaval (SENAN), organismo facilitador de una nave multipropósito Agusta Westland, de fabricación italiana, capitaneada por Abraham Guardia, Luis Castillo como primer oficial y Cristian Caicedo como técnico de vuelo. 

Colocando las donaciones en el helicóptero,  Aeropuerto Enrique Malek.
El capitán Guardia y el segundo al mando, Luis Castillo, a su izquierda.

El traslado de las donaciones en helicóptero, desde el Aeropuerto Malek hasta Cogollo, tomó 18 minutos.  Allá, identificado el sitio exacto de aterrizaje por una bandera blanca divisada desde los aires, esperaban anhelantes los cientos de lugareños.  

Las tierras bajas de Chiriquí se aprecian en el vuelo David-Cogollo.
Península de Batipa desde las alturas, al fondo el Golfo de Chiriquí

Marlene Valdéz, Gene Bell y el capitán Louis Mense,  del servicio
militar asignado a la Embajada de EE.UU. en Panamá.
Cipriano (a la izquierda) y Jim, derecha, descargando las donaciones de la aeronave. 

Marlene, Eusebio y Freddy, esforzados voluntarios de la gira.

Niños, jóvenes y adultos descendieron por las pendientes hasta la escuela con los bultos cargados de cuadernos, tableros, lápices, uniformes, páginas blancas, sacapuntas, tijeras, gomas,  libros…. y con las bolsas de juguetes, piñatas repletas de confites, ropa, arroz, aceite, cremas, sal y frijoles.  Llegaba un granito de arena en el mar de necesidades que padece la mayoría de la población ngäbe-buglé, víctima del aislamiento, la discriminación, la pobreza y el rezago educativo.

Descendiendo desde el punto de aterrizaje hasta la escuela.
Los lugareños cargan las donaciones.

Culturama agradece a las organizaciones y amigos que contribuyeron de diversas maneras para la  ejecución de esta actividad que arrancó sonrisas en los rostros de los niños de Cogollo, especialmente al Servicio Nacional Aeronaval (SENAN).  Recordemos que emprender acciones solidarias y desinteresadas nos ayudan a sentirnos mejor y no se debe rehuir la oportunidad de hacerlas, no importa cuánto tengamos y dónde nos encontremos. 
    
Itzel Cortés de Culturama en la entrega de alimentos.
Angie de Gracia, de Infoplazas, Nitzia y Juan Carlos de Sinaproc
entregan chocolate caliente y galletas.
Marlene Valdéz, responsable de las dinámicas.
"La sonrisa de un niño es la mejor recompensa"
NO SON NÚMEROS, SINO PERSONAS....

Grabación realizada desde la aeronave sobre las montañas de Cogollo.
El regreso de Cogollo a Boca de Remedios.
Se aprecia el camino durante la temporada seca.
Cipriano, Eusebio y Angie llegan al punto final.

Fotos tomadas por: Louis Mense, Eusebio Bejerano y Milagros Sánchez Pinzón.