"Las buenas instituciones son las que permiten a cada persona alcanzar su máximo bienestar sin molestar el derecho de los otros" Cachanoski
El sábado 24 de noviembre de 2012, Culturama estará presentando la Conferencia Magistral A dónde va nuestra institucionalidad? con el ex Director y Presidente de la Fundación Libertad, don Roberto Brenes Pérez, quien además es el Gerente General de la Bolsa de Valores de Panamá.
Esta conferencia se verificará en la Casa de Culturama, a las siete y treinta de la noche. Donación B/.25.00. Informes en el 730-4010. Los cupos son limitados.
Fundado el 21 de agosto de 1988 en David, Chiriquí. República de Panamá
martes, 13 de noviembre de 2012
sábado, 3 de noviembre de 2012
PORTOBELO, GLORIA Y DOLOR...
Por: Milagros Sánchez Pinzón. mspinzon@gmail.com. ombysa
Ya en mi ultimo día por este histórico pueblo
que no supera los 3,000 habitantes, me llevó una agradable sorpresa: han limpiado un poco el caserío y un pintoresco museo tiene
sus puertas abiertas en el vetusto edificio de la Aduana o Real Contaduría. Disfruto de un pequeño documental (realizado
con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación y me recuerda el proyecto que adelantamos sobre los Guaraperos de 1866, para exhibirlo en la Sala de Coto de nuestro Casco Antiguo de David) sobre la historia del Puerto,
de cómo fue lugar de gloria y
riqueza durante las famosas ferias en épocas pretéritas, pero también sitio de
dolor y muerte por las inclemencias filibusteras.
Portobelo tiene numerosos ingredientes para
atraer a nacionales de otros puntos y a miles de extranjeros: la belleza del mar, una costa extremadamente verde
por la presencia del Parque Nacional con su exuberante y lujuriosa vegetación, albergue de una rica y variada fauna, el conjunto monumental
de fuertes, edificios y
baterias españolas, y la cultura afrocolonial colorida y chispeante de los grupos
humanos que pueblan toda la costa arriba de Colón.
Me ánimo a escribir estas líneas pero meditando
en cómo puede mejorar la imagen de
este diamante en bruto, tan solo con proyectos de pintura de las
modestas casas y la limpieza permanente de las calles. Tarea que pueden ejecutar los moradores
apoyados por la empresa privada y las autoridades locales y regionales. Las potencialidades existen, falta
un cambio de actitud y mucha, pero mucha voluntad.
Mi amigo, el capitán Livingston, ha llegado a Panamá
después de meses de navegar por el Atlántico y el Caribe. Ha atracado en Portobelo (la Bahía que descubrió Cristóbal Colón
en 1502), para después cruzar el Canal de Panamá y proseguir a donde le lleven los vientos del Pacífico.
Como siempre, por su invitación, aprovecho las andanzas del velero Cataya por los mares del mundo para conocer diferentes puertos y ciudades.
Como siempre, por su invitación, aprovecho las andanzas del velero Cataya por los mares del mundo para conocer diferentes puertos y ciudades.
Mi primera visión de Portobelo fue
decepcionante, tengo que decirlo aunque me duela porque se trata de la gente de
mi país: la basura abunda por casi todas las calles. No comprendo cómo un sitio declarado Patrimonio Histórico de
la Humanidad por la UNESCO pueda mantenerse en condiciones tan lamentables,
cuando es una potencia turística no solo por su importancia histórica sino
también por su belleza natural.
Me cuesta adaptarme. Mi mente rechaza la desidia en la cual parece aletargada la población y me anodada el por qué las autoridades locales y nacionales, no han aplicado programas especiales para la puesta en valor de esta joya histórica y litoral de Colón. Comprendo que todo es cuestión de educación, he visto lugares similares en el Caribe, América Central y Sudamérica, algunos con menos potencialidades pero su gente y líderes han sabido dirigir los recursos existentes al desarrollo inteligente del turístico histórico.
Superada la barrera psicológica de la
aprensión, decido comenzar a captar con mi cámara los sitios más inmediatos a
mi punto de anclaje, testigos mudos de cientos de vivencias increíbles (eso si, no puedo tomar fotos de los puntos negativos): La Casa
Rodríguez, edificio de principios del siglo XVII, con su pozo y hornos antiquísimos,
sede actual de la Autoridad del Turismo;
la Aduana o Real Contaduría, un inmueble que data de 1630 y guarda
todavía parte de su esplendor renacentista. Ahí me encuentro con dos lindas y traviesas niñas: Jacqueline
(de madre africana) y Angie (de madre dominicana) nacidas en el Porto Bello.
La Batería de Santiago, proyectada en 1753, construida después del ataque del pirata Vernon a Portobelo. Y es que Portobelo fue uno de los más importantes puertos coloniales; por aquí pasaba el oro y la plata de las minas sudamericanas hacia la Madre Patria, de ahí que fuera el epicentro de los ataques corsarios durante décadas.
Por estos mismos suelos que recorro, hace 324
años, Henry Morgan, acompañado de más de 460 hombres, saqueó todo el Puerto durante catorce días, torturó,
violó y asesinó a sus pobladores.
Todo lo robado se lo llevó en nueve galeones.
Francis Drake, quien tenía como objetivo principal establecer una base inglesa permanente en Panamá para poner en jaque los dominios españoles en el Caribe, murió en este sitio de disentería cuando contaba con 56 años. Su cadáver fue arrojado en un ataúd en esta Bahía sobre la que se mece hoy el Cataya. De la misma manera pasaron y arrasaron
Portobelo, William Parker y el
almirante Edward Vernon.
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